¿De dónde vienen los dragones?

La palabra "Dragón" proviene del griego  δράκων, serpiente. Pero las serpientes no tienen alas ni escupen fuego...

La primera vez que aparece uno es en la historia de Jasón y los Argonautas (los marineros de la nave "Argos". No confundir con Argos, gigante de los 100 ojoa o Argos, fiel perro de Odiseo, entre otros tantos...). Pero la imagen correcta de este ser sería una especie de gran serpiente. 

A lo largo del tiempo, en el imaginario colectivo se ha ido mezclando el concepto de los dragones serpiente con el de los grifos (seres alados con aspecto de león y pájaro) o el de la quimeras (las cuales estaban formadas por diversas partes de animales: dos cabezas, de cabra y de león; con alas emplumadas; cuerpo delantero de león; patas traseras equinas; y, la cola compuesta por una o más serpientes con vida propia). Así, es cómo, al fusionar estos conceptos, se llega a la imagen actual de los dragones de los bestiarios medievales (en Occidente).




Esto es un breve ejemplo de cómo, a través de la etimología clásica de las palabras se puede llegar al origen lingüístico de las palabras; así como a la concepción inicial de conceptos y creencias, para averiguar cómo han evolucionado hasta hoy.





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