Quisiera
compartir, Mecenas, un breve hecho que se dio en la Grecia Clásica que conocí a
través de mi profesora de mitología de la carrera. Es acerca de tener una buena
educación, y de que nos hace hombres sabios y libres.
Hubo
un hombre agarrado que le preguntó a Aristipo de Cyrene, discípulo de Sócrates,
cuánto habría de pagarle para que educase a su hijo. Aristipo respondió que
debería de desembolsar mil dracmas. Entonces el hombre exclamó que era un
precio tan caro, que le saldría más rentable comprar un esclavo para que enseñase
a su hijo. A lo que Aristipo respondió: “Entonces tendrás dos esclavos, el que
compres y tu hijo”.
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